Cuando se habla de integración de los niños y niñas con barreras de aprendizaje y participación se debe dar a los diferentes ambientes en los que ellos viven y se desarrollan, como son: el familiar, el educativo, el recreativo y el deportivo. Tiene como base el reconocimiento y el respeto por sus derechos y diferencias, e implica compromiso y solidaridad de las demás personas que los rodean.
Se inicia en el entorno familiar a través del establecimiento de un ambiente acogedor, en el cual el niño o la niña se sientan de la familia, adquiera seguridad frente a su actuación y se vaya preparando para su participación en el medio externo.
El primer paso que debe dar la familia es la aceptación de la discapacidad y el reconocimiento de las capacidades y limitaciones de la niña o del niño, implementando los ajustes necesarios para que, en la medida de sus posibilidades, él o ella participen de este ambiente. La aceptación y el respeto por estos niños y niñas, permite que desde etapas tempranas, aprendan a reconocer como personas con capacidades, habilidades, limitaciones y lo más importante con los mismos derechos de todos los niños o niñas.
La familia debe promover, en la medida de las posibilidades del niño o la niña, su participación en todas sus actividades personales como: alimentarse, asearse y vestirse, al igual que las actividades sociales y recreativas que desarrolla la familia. Motivar y permitir el desarrollo de diferentes actividades los ayudará a adquirir independencia y los preparará para un desempeño efectivo en diferentes contextos.
Un segundo entorno en el cual se debe dar la inclusión en integración es el educativo: Hogar infantil, Jardín infantil o comunitario, preescolar, escuela o cualquier otro espacio creado para tal fin.
El proceso de inclusión e integración en estos ambientes educativos no es muy diferente al del hogar, en el sentido de que de igual forma sus integrantes deben prepararse para entender la condición y acoger a la niña o al niño que la posee, tomando medidas antidiscriminatorias como: la eliminación de barreras u obstáculos, la creación y el fortalecimiento de facilitadores y la adecuación de currículos en caso necesario. Todas las medidas que se tomen para adaptar los ambientes educativos a las posibilidades y necesidades de los niños y las niñas, facilitaran su participación en igualdad de condiciones y los preparará para que su recorrido por las diferentes etapas de la educación sea exitoso.
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